divendres, 22 de setembre del 2023

LA MISTERIOSA DAMA DE NEGRO

Jack Lemmon està perfecte en el seu paper dramàtic a "Desaparecido", però continua sent un imprescindible actor de comèdia. 

Després de "Me enamoré de una bruja", va repetir amb Richard Quine a "La indómita y el millonario" (1959) i també amb Kim Novak a "La misteriosa dama de negro" (1962), ara ja com a protagonista masculí. 

Com el títol anuncia, ella repeteix el paper de dona presumptament perillosa, i el film es mou entre el thriller i la comèdia romàntica, situant l'acció a un Londres en blanc i negre i molta boira, com és procedent, tot i que els personatges són quasi tots nord-americans: ella, vídua d'un britànic (a qui potser va assassinar) i ell, funcionari de l'ambaixada dels Estats Units, a les ordes d'un ambaixador amb els trets de Fred Astaire. 

Les escenes de seducció són esplèndides gràcies al carisma dels actors i a l'elegància dels diàlegs (Blake Edwards va participar com a guionista) i la posada en escena. Llàstima que la trama policíaca resulti confusa i allargada en excés cap a una resolució en clau de slapstick no gaire afortunada.

7 comentaris:

Cinefilia ha dit...

Quina bona pinta! No la coneixia.

Una abraçada.

ricard ha dit...

Està molt bé. Li sobra, però, la mitja horeta final (en dura més de dues, que ja és bastant per a una comèdia sense pretensions).

Una abraçada.

Teo Calderón ha dit...

Toda la elegancia y exquisito talento de Richard Quine para la comedia volvían a dejarse notar gozosamente en esta película que es falso thriller, verdadera historia de amor, comedia y slapstick y también musical merced a la armónica conjugación de los movimientos de cámara –con abundantes desplazamientos, planos largos y grúas– e intérpretes (afortunada y evocadora utilización de Fred Astaire), entendiendo esto en el mismo sentido en que CHARADA de Donen deviene un “musical” sin la necesidad de incluir canciones o números musicales.
Quine, en la forma aparentemente libre de dirigir a sus actores, conseguía mediante sutiles coreografías en el interior del plano que los sujetos que encarnan nos lleguen menos encorsetados en las reglas del juego y por tanto más cercanos y cálidamente humanos, más amorosamente dibujados, aprovechando siempre que puede –digamos– su “historial” (disfrutamos de Novak, Lemmon y Astaire porque “representan” lo que ellos mismos, en su trayectoria, significan para nosotros). Por ejemplo: la utilización de Fred Astaire viene dada por lo que este actor y bailarín representa en nuestra memoria; así, cuando le vemos dirigiéndose a su despacho caminando por los pasillos de la Embajada, combinando de manera sincopada los movimientos de todo su cuerpo, estamos asistiendo a un momento musical.
Un saludo.

Sanhoycal ha dit...

Io no la coneixia tampoc

ricard ha dit...

Teo: Muy interesante tu apreciación sobre la calidad musical de las imágenes y ese travelling que acompaña las entradas de Fred Astaire en SU embajada.

Sanhoycal: Una película y un director que merecen una revisión.

Saludos.

ethan ha dit...

La vi hace mucho tiempo, tengo un recuerdo de película simpática con buenos intérpretes, pero tengo que volver a verla.
Saludos.

ricard ha dit...

Viene a ser eso: una película simpática con buenos intérpretes.

Saludos.