divendres, 28 de febrer del 2025

MISIÓN DE AUDACES

A "Misión de audaces" (1959), John Ford retroba la cavalleria ianqui, ara enfrontada no als indis sinó a l'exèrcit sudista, en un episodi de la Guerra de Secessió. 

Més enllà de la trama sobre una incursió en territori rebel, el film parla de la rivalitat entre un rude oficial (John Wayne) i el metge assignat al seu destacament (William Holden), i de l'ambigua relació entre els militars i una dama del Sud (Constance Towers), obligada a acompanyar-los. La mútua desconfiança entre tots ells es resoldrà a empentes, cops de puny i altres efusions, però prevaldran l'honorabilitat i el valor, fins i tot (i sobretot) en les circumstàncies més dramàtiques. 

Conté escenes inoblidables, com la desfilada dels alumnes d'una escola militar, nens a qui no espanten els soldats de la Unió, o la inevitable borratxera de Wayne, enfrontat als seus fantasmes sobre la barra d'un bar convertit en hospital de campanya.

6 comentaris:

Cinefilia ha dit...

Eclipsat per d'altres produccions seves més cèlebres, aquest és potser un dels títols de la filmografia de Ford que acostumen a citar-se menys.

Una abraçada.

Trecce ha dit...

Uno de los finales más hermosos y misteriosos del cine de Ford.

ricard ha dit...

Juan: I no serà la seva millor pel·lícula però conté tots els atributs del seu cinema.

Trecce: Es verdad que el final es un poco extraño; de hecho, me pareció un poco forzado, casi una concesión comercial; y fíjate que la posterior "El hombre que mató a Liberty Valance" tiene una conclusión muy distinta. Ello no obstante, su ambigüedad también puede leerse en clave pesimista: ¿Regresará el coronel Wallace algún día? El silencio de Miss Hunter, ¿implica que comparte sus sentimientos? Visto así, te daría la razón.

Por otra parte, el guion juega al despiste, pues cuando llegan los militares a la plantación, las miradas de la dama sugieren que se interesa por el personaje de William Holden. Quizás la rivalidad entre el coronel y este último no provenga únicamente de la aversión de Wallace hacia los "matasanos".

Una abraçada.

Teo Calderón ha dit...

Otro de los westerns que John Ford dedicó a la caballería, en el que volvía a alternar magistralmente lo épico con lo intimista, lo divertido con lo dramático, la suave melancolía con momentos de descarnada aspereza. Así, la tensa confronta­ción de los personajes del coronel Marlowe (Wayne) y Kendall, el capitán médico (Holden), venía contrapunteada y enriquecida en su desarrollo por esa imprescindible, entrañable y variopinta galería de personajes fordianos, algunos contemplados con humor, cuyo trabajado dibujo con­tribuye a embellecer un soberbio film -no muy apreciado en su época-, espectacular y emocionante, jalonado de escenas inolvidables entre las que cabe destacar la de la marcha y carga de los niños cadetes y esa antológica y a la vez intrigante secuencia que cierra la película. En cualquier caso, estamos ante una desalentadora visión de seres humanos en conflicto (léase guerra).
Un saludo.

ethan ha dit...

Otra buena película del maestro, quizás no tan conocida como la trilogía de la caballería, pero contiene secuencias memorables y un duelo entre dos personajes antagonistas, que es de lo mejor de la cinta.
Saludos.

ricard ha dit...

Teo: Sin embargo, Ford redime a los contendientes de la Guerra Civil al destacar su honorabilidad, valor, incluso sentido de la amistad entre enemigos.

ethan: Como digo en mi reseña, lo mejor de su cine está aquí.

Saludos.