Els empresaris tèxtils, en un primer moment entusiasmats, aviat s'adonen que l'invent pot acabar amb la seva indústria. I això que, l'any 1951, potser encara no es parlava d'obsolescència programada.
Alec Guinness, amb el seu vestit d'un blanc enlluernador (atenció al treball fotogràfic de Douglas Slocombe) representa la innocència -una innocència tal vegada perillosa-, mentre que la resta de personatges són una colla de manipuladors que anticipen els poc escrupolosos protagonistes de "Chantaje en Broadway".
Un modern quixot?
6 comentaris:
Comedia satírica que partiendo de una ingeniosa variación de un viejo tema, ejecuta un agudo y divertido dibujo del capital y el trabajo en sus irreconciliables diferencias, pese a coyunturales y quebradizos frentes comunes ante “peligros” que pudieran afectar a ambos. El espíritu avaricioso y depredador de unos y la mezquina cortedad de miras de otros es la excusa para una brillante concatenación de gags en una afilada e inspirada puesta en escena que cuenta, además, con una deliciosa interpretación de Alec Guinness.
Un saludo.
Mucho más aleccionadora en aspectos sociales y económicos de nuestro tiempo de lo que pudiera parecer a primera vista, sus reflexiones sobre estos asuntos los narra de manera muy inteligente y divertida.
La vaig veure fa anys a la Filmoteca. Recordo que em va agradar força.
Una abraçada.
Teo: En efecto, la película ironiza sobre la lucha de clases a partir de una situación en la que los intereses de trabajadores y empresarios, por una vez, son coincidentes.
Trecce: Además, el comentario sobre los riesgos de los avances científicos desvinculados de su impacto en la sociedad resulta muy oportuno ahora que se habla tanto de los peligros de la IA. Por no hablar de las armas nucleares.
Juan: Jo també l'havia vista feia molts anys i ara l'he pogut recuperar (a Movistar + van fer un petit cicle sobre la Ealing britànica).
Una abraçada.
Coincidentes solo coyunturalmente.
Así es.
Publica un comentari a l'entrada